Manuel Machado, extraordinario poeta de la lejana generación del noventa y ocho, viejo y achacoso, vive este último año de su vida, inmerso en un ambiente de catástrofe nuclear.
Han transcurrido solo cinco meses desde el lanzamiento de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki. El mundo ha descubierto perplejo los efectos devastadores de esta nueva arma.
En este clima de preocupación, el poeta escribe este artículo apocalíptico.
"No quisiera ponerme demasiado
serio... Porque al fin y al cabo puede que la cosa no valga la pena de
amohinarse mucho...
Pero a mí este año de gracia de
1946 me preocupa... Y si dijera que me asusta, no creería exagerar demasiado.
De cualquier modo, este año se me
antoja el más inquietante de la Historia toda. Sí... Porque es ahora cuando se
ve de un modo claro que -harto acaso de estupideces y maldades- Dios ha
decidido probar al hombre.
Definitivamente.
Y le ha puesto en la mano la
bomba atómica.
Y en la otra, el Sermón de la
Montaña.
Y le ha dicho -conservándole
siempre su libre albedrío; pero dándole cierta prisa-: "Es preciso
elegir". Ahora bien, si este Género Humano
-único "género" que va hoy barato y sin "estraperlo",
a pesar del consumo de que él se ha hecho en la pasada contienda- quiere darse
cierto valor y estimar en algo su propia existencia y la del viejo planeta que
le sirve de habitación...
Si piensa que la tierra debe
servir para algo más que para enterrar. Y que también podemos andar sobre ella
y arrancarle "el pan de cada día..."
Si encuentra grato respirar el
aire y beber el agua sin temor al veneno...
Si está realmente un poco cansado
de la violencia grosera, y a la larga inútil, porque al fin hay que hablar...
Si abomina sinceramente de la
cobardía heroica y de la tragedia fea de una guerra que convierte a los hombres
en máquinas de matar, y de morir -carne de cañón y cañón de carne- sin verse si
quiera los unos a los otros...
Si el corazón se les dulcifica y la
maldad se les derrite en el pecho, y la
inteligencia se les ilumina con la Divina palabra de "Amaos los unos a los
otros"...
La Humanidad se habrá salvado
para siempre...
Pero si así no fuera y -como ya
predicen agoreros siniestros- el hombre se obstina en preferir a la sonrisa y el beso, la patada y el tiro... Y
al abrazo fraternal, el "quijanazo" cainesco...
Entonces, en una pugna espantosa,
en que la bomba del "supremo deshacedor" hará lo suyo... la Humanidad
se habrá suicidado.
Pero entonces, me diréis, no se
habrá perdido gran cosa...
Conformes de toda conformidad. Y
no quiero entonar angustioso de profundis
ni lanzar desesperados clamores en el Desierto de la maravillosa inconsciencia
general...
Mas no podréis negarme que la
cosa es para inquietarse un poco.
Y que este año de 1946 no habrá
sido un año cualquiera."
¹Diario ABC 15.01.1946
"¿1946? Manuel Machado.
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